
Durante los primeros días de la guerra, tras los sangrientos combates de julio y agosto de 1936, los importantes pasos del Alto del León y Somosierra habían quedado en poder del Ejército Nacional del Norte.
Los Puertos de la Fuenfría, Navacerrada y Cotos fueron ocupados por las milicias republicanas en las primeras horas del levantamiento militar del 18 de julio. Dichos puertos apenas registraron combates, mientras que en el Puerto de Navafría (al que se sube por Lozoya), tras varias semanas de lucha que costaron muchas bajas en ambos bandos, el 16 de septiembre tropas nacionales al mando del comandante Rada ocuparon el paso y las cumbres del Nevero y del Reajo Capón que lo flanquean.
A finales de ese mismo mes, el largo frente del Guadarrama, ya estabilizado y tranquilo, se preparaba para afrontar casi 3 años de guerra de posiciones bajo las durísimas condiciones del invierno en las cumbres.
En este conjunto de cumbres y collados, se instalaron desde el primer momento de la guerra las milicias republicanas procedentes de Cercedilla, Los Molinos, Guadarrama y otros, reforzados por las unidades de la Columna Orad, compuesta por los batallones “Tomas Meabe” y “Octubre”, varias compañías de las Juventudes Socialistas y un grupo conocido como “Batallón Cercedilla”.
El 20 de octubre se incorporó a esta zona la Primera Compañía del “BATALLÓN ALPINO JUVENTUD”, que coexistía con las otras unidades hasta la incorporación de la Segunda Compañía del mismo batallón. En diciembre, con la llegada del invierno quedarían solamente éstas últimas y, poco después, con la fusión de este batallón con el Batallón Alpino del Quinto Regimiento, pasarían a ser la 3ª y la 4ª del rebautizado BATALLÓN ALPINO.
Debido a lo escarpado del terreno y a la dificultad de su acceso, en este frente no hubo más que aisladas escaramuzas, aunque de forma continuada se desarrolló una intensa labor de vigilancia y de patrullas, de ambos lados por las dos vertientes.
Los restos visibles, destacan por su variedad, la fortaleza de su construcción y sobre todo sorprende ver su abundancia, lo que indica la gran cantidad de personal que ocupó estas montañas.
INTINERARIO (5h)
Realizaremos un recorrido en el que visitaremos la mayoría de los restos visibles que los largos años de la guerra han dejado en el Valle de la Fuenfría, en un recorrido de dificultad media, que nos ocupará unas cinco horas.
Es un largo recorrido por las cumbres que limitan al oeste del valle. Hay que salvar fuertes desniveles, aunque todo se realiza por buenos caminos bien señalizados; parte de él transcurre bajo pinares, aunque la parte alta está despejada y sufre una fuerte insolación. Aunque hay fuentes, conviene llevar agua.
El punto de inicio será el parking de Majavilán, desde donde ascenderemos en hora y media aproximadamente hasta el Puerto de la Fuenfría. Minutos antes de llegar nos encontraremos con los primeros restos del frente; si nos acercamos a ellos, veremos que son restos de viviendas y chabolas que se construyeron allí para los defensores del puerto. En la parte alta destaca una gran oquedad, que era donde estaba situado un barracón de la sección.
Ya en el puerto, nos dirigiremos a la ladera del Cerro Ventoso, cerca de la cual, en el lado que mira a Segovia, descubriremos grandes torreones derruidos; era lo que se denominaba “reducto” o posición fortificada.
Vueltos al puerto, nos dirigiremos hasta el Cerro Minguete, en el que encontraremos unos fortines muy robustos y grandes trincheras, así como restos de viviendas que se extienden por el collado hasta las proximidades de Peña Bercial.
Siguiendo la larga trinchera, nos encontraremos con más fortines, viviendas y trincheras que se encuentran cerca de Peña Bercial.
Desde allí, nos dirigiremos al Collado de Marichiva, donde veremos las trincheras que festonean todo el paso, y cerca, las viviendas de aquellos que guardaron el paso. Rebasado este, continuaremos por la valla de piedra, por la que llegaremos a otro reducto, en el que se distinguen perfectamente los torreones, los huecos de las viviendas, los restos de la torre y la puerta, situada hacia el lado de Madrid.
Continuaremos por el GR-10 un trecho hasta alcanzar un espolón de roca en el que hay un conjunto de edificios de gruesos muros; es un observatorio.
Poco antes de llegar a la cumbre de Peña del Águila, vuelven a aparecer las marcas de trinchera, las cuales, progresivamente, van apareciendo en gran número, encontrándonos con una casa casi enterrada muy bien conservada, unos puestos de tirador y un robusto fortín.
Iniciando ya el descenso, volveremos a encontrar restos de fortines y casas grandes. Desde el Collado de Cerromalejo, en la ladera que mira a Cercedilla, hay que fijarse en los restos de numerosas viviendas de todo tipo y tamaño que formaron “una auténtica ciudad de piedra”
ya esta bien de guerra civil y de coñazos ...estamos en el siglo xxi y se están levantando muchos odios. que los muertos descansen en paz tras 80 años y miremos para adelante.
ResponderEliminar"Quien olvida su historia, está condenado a repetirla"
ResponderEliminarJorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana
Poeta y filósofo español