Luis Rosales llegó a
Cercedilla allá por 1961 y adquirió una casa que todavía se conserva y donde
produjo gran parte de su obra desde entonces ¿Qué fue lo que indujo a Luis
Rosales a permanecer aquí?
¿qué es lo que hizo que se convirtiese en un miembro activo de su comunidad, siendo incluso Presidente Honorario de la Fundación Cultural de Cercedilla?¿Por qué quiso que su cuerpo y el de su esposa reposaran entre estas montañas?
Tal vez la respuesta la encontremos en su poema “TESTAMENTO”:
¿qué es lo que hizo que se convirtiese en un miembro activo de su comunidad, siendo incluso Presidente Honorario de la Fundación Cultural de Cercedilla?¿Por qué quiso que su cuerpo y el de su esposa reposaran entre estas montañas?
Tal vez la respuesta la encontremos en su poema “TESTAMENTO”:
“Las
noches de Cercedilla,
las
llevo en mi soledad,
y
son la última linde,
que
yo quisiera cruzar.
Quisiera
morir un día
mirando
este cielo, y dar
mi
cuerpo a esta tierra
que
me ha dado la libertad.
Quisiera
morir un día
y
ser tierra que pisar,
tierra
en la tierra que sueño
yo,
para siempre jamás.
Cercedilla le devolvió en
forma de homenajes, colaboraciones, paisajes y amistad el amor que Luis Rosales
había depositado aquí. Aquellos que
quieran seguir los pasos del poeta en nuestro pueblo, pueden subir a echar una
vistazo al mirador que lleva su nombre en el Valle de la Fuenfría e inaugurado
por él mismo. Pedro Laín Entralgo en carta a Luis Rosales, expresó con maestría
lo que el Mirador significaba:
Contemplar el paisaje releyendo alguno de sus poemas ayudará al visitante a comprender por qué Luis Rosales eligió este lugar…Desde allí, el hipotético visitante podrá dirigir sus pasos al Centro Cultural “Luis Rosales”, en cuyo interior le aguarda una sorpresa: allí se encuentra su despacho junto con su título de académico de la Real Academia de la Lengua, su retrato, el cartel de la calle que se le dedicó en Madrid y sus efectos personales cedidos por su familia en agradecimiento a un pueblo que lo consideraba su hijo.
Y para finalizar esta “ruta de Luis Rosales”, podremos dirigirnos a su casa, que ahora está siendo reconstruida tras sufrir un incendio. Dos enormes árboles presiden su entrada como testigos mudos de una vida plena y feliz vivida por el poeta y su familia entre nosotros.
Javier Vicente del Río
javiervicentedelrio@hotmail.com
¡Muy bonito! Magnifico texto escrito con el corazón ;)
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