Silencio sobre quienes habitaron aquí, historias susurradas sobre la presencia de pavorosos dirgentes del partido nazi huidos de Alemania tras la derrota..., narraciones sobre acaudalados judíos que lograron escapar de la masacre...; nombres de la alta sociedad, de la nobleza o del dinero, cuya vinculación a Camorritos ni se afirma ni se desmiente...; nombres como Ernest Kóplowitz o José de Aguinaga, ingeniero del Eléctrico del Guadarrama e impulsor de la colonia, están ligados a este lugar.
La COLONIA DE CAMORRITOS fue construida en 1923 por la compañía de la nueva línea férrea, la Sociedad de Iniciativas del Guadarrama debido a la personalidad de sus creadores, miembros del Club Alpino Español y la Intitución Libre de Enseñanza; pronto alcanzó un gran éxito como lugar de veraneo entre aquellos que buscaban un retiro en la naturaleza. Se edificó siguiendo modelos alpinos con villas de paredes de piedra y madera, en las que trabajaron afamados arquitectos de la época: José María Rivas Eulate, Jose Luis Durán de Cottes o Jose Luis Subirana.
La COLONIA DE CAMORRITOS fue construida en 1923 por la compañía de la nueva línea férrea, la Sociedad de Iniciativas del Guadarrama debido a la personalidad de sus creadores, miembros del Club Alpino Español y la Intitución Libre de Enseñanza; pronto alcanzó un gran éxito como lugar de veraneo entre aquellos que buscaban un retiro en la naturaleza. Se edificó siguiendo modelos alpinos con villas de paredes de piedra y madera, en las que trabajaron afamados arquitectos de la época: José María Rivas Eulate, Jose Luis Durán de Cottes o Jose Luis Subirana.
Si tomamos la vereda que nace desde la antigua parada del Eléctrico del Guadarrama conocida como "Las Eras y los Castaños", iremos ascendiendo hacia la colonia en medio de un joven robledal, que además nos ofrece unas magníficas vistas del Hueco de Siete Picos.
Una vez atravesada la vía, recomendamos seguir explorando, dejarse llevar por sus recónditos caminos de nombres sugerentes: Camino de Poniente, Camino de Levante, Camino del Río Pradillo. Por cualquiera de ellos nos saldrán a cada paso algunas de las mejores perspectivas de este lado de la Sierra de Guadarrama...; nada perturbará nuestro paseo, excepto los ladridos de los perros que guardan los callados caserones y que parecen ser los únicos habitantes de Camorritos. Es un lugar magnífico para dejar volar la imaginación, imaginar historias sucedidas tras sus silenciosos muros, trasladarse a un tiempo ya pasado y dejarse traspasar por su atmósfera misteriosa.
Era silencioso y tranquilo hasta que los de la Hípica Los Ciruelos decidieron usar sus calles como hipódromo particular para ir al galope por sus calles
ResponderEliminarY respecto a los perros, acabas ciertamente harto, cuando en un sitio como este, en el que como bien se describe el silencio es absoluto y confías en encontrarlo, no puedas librarte de sus molestos ladridos en un agradable paseo, cuando piensas que vas a oir a los pájaros, solo oyes perros estresados y desquiciados intentando devorarse como si fueras un vulgar delincuente que vas a invadir su propiedad. Algún día conseguiré la tranquilidad y silencio absoluto, aunque sea en la estepa siberiana, o cuando debemos de ser el segundo país más ruidoso del mundo.....
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