viernes, 11 de abril de 2014

EN HOMENAJE A GRAELLS


Actias isabellae Valle de la FuenfriaHace poco que he sabido que la mítica Graellsia isabelae, ha dejado de llamarse así para denominarse ACTIAS ISABELAE. A simple vista no parece un cambio significativo, incluso habrá pasado desapercibido para muchos y no seré yo quien se oponga a los criterios científicos que hayan determinado este cambio…sin embargo sí lamento y mucho que se pierda la memoria de quien fue su descubridor: D. Mariano de la Paz Graells, uno de nuestros grandes hombres de ciencia y un mito entre los guadarramistas.



Fue Don Mariano, uno de aquellos hombres que fue e hizo de todo, su biografía nos asombra; fue naturalista, médico, entomólogo, político…y parece que todo ello desarrollado con éxito gracias a su arrolladora inteligencia y a sus grandes inquietudes. Sus biógrafos destacan su heroico comportamiento durante la epidemia de cólera que asoló la ciudad de Barcelona en 1835. 

Sin embargo, Graells ha quedado unido indisolublemente a la increíblemente hermosa Graellsia, ahora llamada Actias, la cual es uno de los emblemas del naciente Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. 

Era la primavera de 1849, en Pinares Llanos, perteneciente al municipio de Peguerinos (Ávila), cuando Don Mariano y su perrito Curicus, buscaban una mariposa excepcionalmente hermosa; la mente de nuestro sabio estaba acaparada por una sola obsesión: encontrar en aquellos parajes una representante de las “Saturnia luna”. Hacía once años  que Juan Mieg, le había mostrado los restos de unas alas encontradas en las proximidades del El Escorial y desde entonces Graells no había cejado en su empeño de encontrar un ejemplar vivo, aunque intuía que podía tratarse, no de la “Actias luna” como afirmaba su amigo, sino más bien de una nueva y todavía no descubierta especie…

Graells y CuricusEl año anterior había estado muy cerca; en los mismos Pinares Llanos encontró una oruga que intuyó que podía pertenecer a la mariposa buscada,  y que incluso llegó a formar crisálida, pero que finalmente fue atacada y destruida por los insectos…una nueva decepción.

Pero como Don Mariano no era persona que se diera fácilmente por vencida, de nuevo volvió a aquellos parajes y después de tres días de búsqueda agotadora, aquella mañana Cúricus se quedó petrificado y comenzó a ladrar a algo que se hallaba posado sobre un pino seco tumbado en el suelo…Don Mariano, sin dar crédito a lo que veía, se acercó a aquél prodigio de la naturaleza, ¡allí estaba, esplendorosa, con sus alas de color verde manzana extendidas al sol glorioso del Guadarrama!¡Y no se trataba de la "Actias Luna", como afirmaba su amigo!¡Era una especie distinta!.


Isabel II de Borbón 
En un gesto galante, Graells le dedicó el descubrimiento a la reina Isabel II, la cual defendió el descubrimiento del zoólogo de las críticas y las envidias de sus colegas europeos que negaban la posibilidad de que en España existiera una mariposa de esas características, luciendo un ejemplar de Graellsia isabelae montado en un collar de esmeraldas sobre su blanco escote en un baile de palacio.





Pero la verdad del nuevo descubrimiento se impuso, y finalmente, se acabó dedicando la mariposa al hombre que lo hizo posible bautizándola como “GRAELLSIA”, en reconocimiento al tesón de un científico que no perdió la fe. Ahora esa mariposa, princesa entre las mariposas españolas y aun europeas y cuyo apellido incluye a toda una reina, ha perdido el nombre de quién fue su descubridor. Así que sirva este artículo de homenaje a un gran hombre de ciencia D. MARIANO DE LA PAZ GRAELLS

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