
Fue Don Mariano, uno de
aquellos hombres que fue e hizo de todo, su biografía nos asombra; fue
naturalista, médico, entomólogo, político…y parece que todo ello desarrollado
con éxito gracias a su arrolladora inteligencia y a sus grandes inquietudes.
Sus biógrafos destacan su heroico comportamiento durante la epidemia de cólera
que asoló la ciudad de Barcelona en 1835.
Sin embargo, Graells ha
quedado unido indisolublemente a la increíblemente hermosa Graellsia, ahora llamada Actias, la cual es uno de los emblemas del
naciente Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
Era la primavera de 1849, en
Pinares Llanos, perteneciente al municipio de Peguerinos (Ávila), cuando Don
Mariano y su perrito Curicus,
buscaban una mariposa excepcionalmente hermosa; la mente de nuestro sabio
estaba acaparada por una sola obsesión: encontrar en aquellos parajes una
representante de las “Saturnia luna”. Hacía once años que
Juan Mieg, le había mostrado los restos de unas alas encontradas en las
proximidades del El Escorial y desde entonces Graells no había cejado en su
empeño de encontrar un ejemplar vivo, aunque intuía que podía tratarse, no de la
“Actias luna” como afirmaba su amigo, sino más bien de una nueva y todavía no
descubierta especie…

Pero como Don Mariano no era
persona que se diera fácilmente por vencida, de nuevo volvió a aquellos parajes
y después de tres días de búsqueda agotadora, aquella mañana Cúricus se quedó petrificado y comenzó a
ladrar a algo que se hallaba posado sobre un pino seco tumbado en el suelo…Don
Mariano, sin dar crédito a lo que veía, se acercó a aquél prodigio de la
naturaleza, ¡allí estaba, esplendorosa, con sus alas de color verde manzana
extendidas al sol glorioso del Guadarrama!¡Y no se trataba de la "Actias Luna", como afirmaba su amigo!¡Era una especie distinta!.

En un gesto galante, Graells le dedicó el descubrimiento a la reina Isabel II, la cual defendió el descubrimiento del zoólogo de las críticas y las envidias de sus colegas europeos que negaban la posibilidad de que en España existiera una mariposa de esas características, luciendo un ejemplar de Graellsia isabelae montado en un collar de esmeraldas sobre su blanco escote en un baile de palacio.
Pero la verdad del nuevo
descubrimiento se impuso, y finalmente, se acabó dedicando la mariposa al
hombre que lo hizo posible bautizándola como “GRAELLSIA”, en reconocimiento al
tesón de un científico que no perdió la fe. Ahora esa mariposa, princesa entre
las mariposas españolas y aun europeas y cuyo apellido incluye a toda una
reina, ha perdido el nombre de quién fue su descubridor. Así que sirva este
artículo de homenaje a un gran hombre de ciencia D. MARIANO DE LA PAZ GRAELLS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarnos tus comentarios, adelante!